EL ACEITE DE OLIVA Y LA DEABETES

El consumo diario de aceite de oliva, especialmente el extra virgen, reduce el colesterol malo, protege el corazón y evita el daño que causan los radicales libres a las células. Además de esto, también ayuda a disminuir la inflamación en el organismo y la presión arterial, previene el envejecimiento precoz, el cáncer, la diabetes tipo 2 y los ataques cardíacos, así como enfermedades crónicas inflamatorias.


Cualquier dieta mediterránea que incluya aceite de oliva es capaz de reducir los casos de diabetes tipo 2 hasta en un 50 %. Esto se debe a su contenido de grasas saludables que podrían ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y la producción de insulina. Este aceite también tiene la capacidad de mejorar la salud intestinal y del aparato digestivo y actúa como protector reduciendo el exceso de ácidos en esta parte del cuerpo. Asimismo, aumenta el PH del organismo porque favorece la absorción de calcio y magnesio.

FUENTE: semana.com

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