Otro de los beneficios afecta directamente al cerebro ya que se ha detectado una estrecha relación entre una dieta rica en aceite de oliva y un menor riesgo de ictus. Se estima que el consumo regular de aceite de oliva puede ser un método "asequible y sencillo" de evitar este accidente tan frecuente y devastador.
Se ha demostrado, por otro lado, que una dieta rica en aceite de oliva ayuda en el tratamiento de la diabetes y que puede ayudar a prevenir o retrasar incluso la aparición de la enfermedad. Los expertos explican que "la diabetes se ha convertido en un gran problema de salud en todo el mundo, pero la abundancia de antioxidantes del aceite de oliva ayuda a reducir los efectos del estrés oxidativo que sufren los diabéticos debido a los altos niveles de azúcar en la sangre".
Por lo tanto, reduce el riesgo de complicaciones derivados de esta enfermedad, así como los daños nerviosos que causa, como la neuropatía diabética y la neuropatía retiniana. Además, el oleocanthal, un tipo de compuesto fenólico natural que se encuentra en el aceite de oliva virgen actúa como agente antiinflamatorio, lo que evita así inflamaciones crónicas causadas por la diabetes.
Pero no solo es eso. Aunque todavía faltan datos concretos, y a la espera de que vayan avanzando nuevas investigaciones, el Consejo Oleícola Internacional sostiene que puede además ayudar en la prevención de diversos tumores como el de mama, próstata o intestino.
FUENTE: eleconomista.es
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